Quiero compartir con vosotros algunas anécdotas de mi increíble viaje a Namibia.
Atención con la “carretera” D707 🧐
La carretera panorámica D707 en Namibia es famosa, y con razón. Es impresionante estar al volante y ver a tu alrededor animales que solo ves en National Geographic. Aquí va mi historia con esta carretera.
Empezamos el recorrido una tarde, maravillados por la belleza de la naturaleza al atardecer, el mejor momento para hacer fotos 😍. Los animales salían de sus escondites buscando comida después de un día caluroso. Extenuados por el viaje, pero maravillados por lo que veíamos, llegamos a Koiimasis Ranch. Kilómetros de conducción desde la entrada hasta la recepción, deteniéndonos cada cien metros para fotografiar algún kudú u otro animal. Esa noche dormimos mal, el viento soplaba muy fuerte.
A la mañana siguiente, salimos temprano (gracias a Dios) y nos dirigimos hacia Sesriem. Volvimos a la carretera D707 y, después de unos kilómetros, ¡la carretera se convirtió en desierto! Sin experiencia en conducir por la arena, vimos huellas de neumáticos a la izquierda, pero seguimos por donde parecía continuar la carretera… ¡Mal hecho! A los pocos metros, estábamos atrapados en la arena 😞. Cualquier intento de acelerar nos hundía más.
El primer plan
Decidimos usar nuestra pala. El gentleman (mi pareja) salió decidido a solucionar el problema, pero el viento deshacía todo su trabajo. La arena fina se le metió en la nariz, la piel y el sudor atraparon la arena y lo convirtieron en un hombre de arena 😅. Viéndolo agotado, decidí intentarlo yo también. ¡Qué difícil podía ser! En cinco minutos, me rendí. La arena entraba por todos lados y sentía que me rallaba los ojos con cada parpadeo.
El segundo plan
El gentleman me llamó, y vimos un coche acercándose. Les hicimos señales para que siguieran por la arena dura y no por el medio de la carretera. Una pareja joven de franceses se detuvo a ayudarnos. El plan era enganchar nuestro coche y sacarlo, pero el primer intento rompió el cable. Nos quedaba otro más. Mientras tanto, llegó otro coche, también franceses. Intentamos con dos cables esta vez, pero ambos se rompieron.
La serpiente 👹
Nos quedamos allí, esperando que avisaran en la siguiente gasolinera. Mi pareja intentaba levantarme el ánimo, pero yo ya me veía pasando la noche en el desierto. Recordé que soy hija de Dios y empecé a rezar. Pasaron unos minutos y vi algo acercarse: una serpiente de más de 1,5 metros. Avisé a mi pareja y su respuesta fue: ¡no dejes que se acerque! Pitamos, pero la serpiente seguía a lo suyo. El gentleman salió corriendo con la pala y la serpiente se metió debajo del coche.
No hay mas plan
Desilusionados, nos metimos en el coche. El gentleman seguía intentando levantar la moral, mientras yo oraba. El calor empezaba a notarse, pero teníamos combustible para el aire acondicionado. Miré por el retrovisor y vi otro coche. Esta vez eran alemanes. Mientras hablábamos con ellos, apareció un vehículo diferente, más grande. Una pareja de Sudáfrica se acercaba, ¡nuestros salvadores!
La salvacion 😇
El señor, fumando un puro inmenso, preparó varios cables. Mientras tanto, llegaron cuatro coches más, y de repente, había unas 15-20 personas ayudándonos. El señor de Sudáfrica sabía lo que hacía y, aunque le costó, nos sacó en el cuarto intento. Me emocioné al ver cómo personas de diferentes nacionalidades se unieron para ayudarnos.
Un recuerdo inolvidable del valor humano que sigue existiendo. ¡Muchas gracias a todos, si nos están leyendo!
Esto no es todo, aqui encuentras: Anécdotas Inolvidables de mi Viaje a Namibia – Parte 2